Fuente: La Razón por Álvaro Criado
La economía circular se presenta como una solución necesaria para afrontar el aumento de la demanda de materias primas y la escasez de recursos
Rodeados de basura electrónica. Los residuos crecen cinco veces más que su reciclaje
La protección del medioambiente, así como la actual crisis de materias primas en la que nos encontramos inmersos, afectan de manera directa a distintos sectores productivos y ponen de manifiesto la necesidad urgente de actuar en todos los niveles (empresas, administraciones públicas y ciudadanía), tomando medidas para adoptar soluciones que permitan dar respuesta a la escasez de materiales.
Prueba de la preocupación que existe en este sentido, el pleno del Parlamento Europeo aprobó el pasado 13 de diciembre el texto final de la Ley de Materias Primas Fundamentales (Reglamento propuesto por la Comisión Europea en marzo de 2023), un reglamento que será una de las bases para la transición energética en la UE.
La Ley Europea de Materias Primas Fundamentales se propone reforzar las capacidades de la Unión Europea respecto a estos productos a lo largo de todas las fases de la cadena de valor. Su objetivo es también aumentar nuestra resiliencia reduciendo la dependencia, aumentando la preparación y promoviendo la sostenibilidad y la circularidad de la cadena de suministro.
En este contexto, la economía circular se presenta como una solución necesaria para afrontar el aumento de la demanda de materias primas y la escasez de recursos.
Una vez que las empresas han adoptado todas las medidas posibles para la reducción de la producción de residuos, como la prevención de la generación de residuos, el diseño ecológico y la reutilización de los mismos, se debe apostar por soluciones de reciclaje y, en último término, de valorización energética de todos los rechazos no reciclables, reduciendo la cantidad de residuos en los vertederos garantizando la sostenibilidad económica, social y ambiental a largo plazo.
Las soluciones de Veolia abordan los tres ejes: residuos, energía y agua, jugando un papel fundamental en el proceso de transformación de los residuos en materias primas secundarias que puedan reintroducirse nuevamente en los ciclos productivos.
En este contexto, en Veolia, referente en descarbonización y gestión optimizada de los recursos, está especializada en el desarrollo de soluciones circulares para la industria. Para ello, la compañía aborda los tres ejes (residuos, energía y agua) y juegan un papel fundamental en el proceso de transformación de los residuos en materias primas secundarias que puedan reintroducirse nuevamente en los ciclos productivos, ya sea en forma de materia o de energía, reduciendo así el consumo de materias primas vírgenes y la dependencia energética exterior.
Los residuos industriales se caracterizan por presentar una gran variabilidad y heterogeneidad. Por esta razón, en Veolia, desarrollan soluciones a medida, adaptadas a las necesidades de cada cliente. Para una correcta gestión de estos residuos es imprescindible diferenciar y categorizar los tipos de residuos que se generan. En ocasiones, estos residuos contienen sustancias tóxicas y peligrosas que, si no se tratan de manera adecuada mediante procesos fisicoquímicos o térmicos, pueden llegar a contaminar el agua, el suelo y el aire, afectando a la salud humana y al ecosistema que nos rodea.
El proyecto de reciclaje de baterías eléctricas
Es bastante frecuente que las industrias no dispongan de todas las herramientas necesarias para realizar el proceso de transformación de los residuos industriales, por ello, cuentan con un partner estratégico como Veolia, con dilatada experiencia en el desarrollo de soluciones que permiten transformar estos residuos en nuevo recursos, materiales reciclados o energía. Como ejemplo, podemos destacar el proyecto de reciclaje de baterías eléctricas, gracias al cual se recuperan materiales valiosos como el litio, el cobalto y el níquel en las plantas de Veolia en Francia a través de tratamientos mecánicos e hidrometalúrgicos. De esta forma, reducimos la dependencia exterior, la extracción de recursos naturales y su impacto ambiental asociado.
Otro caso de éxito, es la colaboración de Veolia con Solvay en el proyecto Dombasle Énergie, que tiene como objetivo reemplazar el carbón con combustible derivado de residuos (RDF/CSR) para la producción de energía limpia en la planta de Dombasle-sur-Meurthe. Con ello, se garantiza la competitividad de la instalación y se reducirán las emisiones de CO2 en un 50 % para contribuir con los objetivos de sostenibilidad del cliente y a la transición energética del planeta.
En Veolia están convencidos de que, impulsando una correcta gestión de los residuos del sector industrial, ayudan a preservar el medio ambiente y a fomentar la economía circular. Mediante soluciones sostenibles, sólidas e innovadoras, ponen en el centro del paradigma la reutilización, el reciclaje o la transformación de los residuos en energía renovable, lo que favorece la reducción del depósito en los vertederos y la descarbonización de los sectores en los que operan.